martes, 16 de octubre de 2007

CUBA: DIARIO DE VIAJE. DÍAS 11 Y 12


-Miércoles 26 de septiembre de 2007. Día 11 del viaje: Santiago de Cuba

Nos despertamos y a las 10:30 salimos a conocer la ciudad un poco más. Llegamos hasta el barrio de Tivolí, donde hay una escalinata bien larga y famosa en la ciudad. Empieza a hacer un calor infernal, pero seguimos callejeando hasta llegar a la Plaza Marte, antigua Plaza de los Fusilamientos.
Volvemos hacia la Plaza Dolores y comemos en la Taberna de mismo nombre, se paga en moneda nacional y hacen un lomo adobado sensacional. El lugar es muy bonito, pero hace muchísimo calor. Tras la comida decidimos irnos a casa hasta que baje un poco el sol; es imposible caminar por la calle en estas condiciones.
Sobre las 18:30 volvemos a la carga y nos acercamos hasta El Cuartel de Moncada, donde el 26 de julio de 1953 se intentó, fallidamente, iniciar La Revolución. Los disparos aun están en la fachada, e impresiona verlo. Automáticamente me acuerdo de los edificios colindantes al Museo de Pérgamo en Berlín. En la capital alemana también se pueden ver los balazos de la Segunda Guerra Mundial.


Volvemos al centro y nos quedamos charlando un buen rato en la Plaza Marte hasta la hora de ir a cenar. Cenamos en un lugar donde nos intentan cobrar de más y nos tenemos que poner bastante serios para que rectifiquen, pero lo conseguimos.
Tenemos que ir a casa para preparar las cosas del viaje en avión de mañana. Nos dan las 24:00 mientras tomamos un ron escribimos algunas postales.

-Jueves 27 de septiembre de 2007. Día 12 del viaje: Santiago de Cuba-La Habana

Nos despertamos a las 6:15 para terminar los preparativos, darnos una ducha y coger un taxi al aeropuerto de Santiago de Cuba. Vamos en un Lada lento y algo destartalado, con la mochila y los bultos en las piernas porque el maletero no se puede abrir.
Volamos a las 9:30 con Cubana de Aviación en un avión más que conocido por los españoles: un Yakolev 42. El avión soviético es antiguo y entra un aire condensado que no deja ver nada en el pasillo. Los cubanos están bien tranquilos, un grupo de japoneses se descojona con la situación y algún turista occidental tiene pinta de no tenerlas todas consigo, no es para menos. A las 11:30 aterrizamos en La Habana y más de uno aplaude.
El día que llegamos a La Habana desde Londres cogimos un taxi hasta la casa particular que nos costó 30 CUC, hoy gracias a Paula y su tesón negociante, conseguimos ir por 10. De vuelta a casa de Maritza y Ramón, nos dan otra habitación mejor; tiene aire acondicionado y una nevera de la época pre-revolucionaria en la que metemos mucha agua, algo de limón, ron y un coco.
Salimos a comer a eso de las 13:30 y para las 14:10 ya estamos pidiendo en un lugar con un patio inmenso y bien puesto cerca de la Plaza de Armas. Por allí pasamos después de comer ‘ropa vieja’ (plato tradicional cubano), donde los libreros tienen puestos sus tiendas ambulantes. Compramos más literatura.
Seguimos andando y llegamos hasta el mercadillo de la Feria de la Artesanía. Damos unas vueltas observándolo todo y decidimos volver a casa hasta que se vaya un poco el sol. Hace muchísimo calor.
Nos echamos una siesta y tras una ducha salimos a cenar. En busca de algo barato por el barrio de Centro Habana y de una comida que no sea pollo o cerdo con arroz congrí, nos cuesta un montón encontrar algo decente pero barato, de modo que acabamos compartiendo una pizza y una cerveza en un lugar donde no nos alcanza para pedir un plato y bebida cada uno.
Nos vamos a casa y planeamos el día habanero de mañana con un ‘Havana Club Añejo Especial’ con limón, bien fresco.


Tema de hoy: Propaganda Vs Publicidad

En Cuba no existe la publicidad como la concebimos en occidente. En Cuba hay propaganda política, en las calles (sobre todo), en la radio, en la televisión, y en los medios escritos, tanto prensa como literatura. Si tenemos en cuenta que la publicidad no es más que una forma de propaganda capitalista, ya que el mensaje publicitario se resume en una palabra (¡consume!), estamos en las mismas. Con esto quiero decir que el sistema capitalista se basa en el consumo y que la única propaganda que necesita para funcionar es animar a la gente a consumir. Y de eso, se ocupa la publicidad, de crear necesidades y que el sujeto consuma para cubrirlas.
La propaganda y la publicidad son creativas y atractivas, aunque pueden llegar a aborrecer hasta el punto de que la gente las ignore y se canse.
En Cuba hay frases de Fidel por todas partes, la cara del Che, la de Camilo Cienfuegos, la de José Martí (omnipresente), y otros revolucionarios como Zapata, Bolívar, Maceo, Sandino o el mismo Frank País, también tienen su lugar en los anuncios de carretera o de las ciudades.
Desde luego que aquello no es una sociedad de consumo y que sería absurda la publicidad como la entendemos nosotros. La propaganda tiene su encanto y trae recuerdos de nostalgia por tiempos pasados de victoria revolucionaria, pero no tiene sentido alguno hoy en día, o al menos no cumple una función palpable en el pueblo; la gente le hace el mismo caso que nosotros a los anuncios de la tele.
En cualquiera de los casos, mejor sería dejar ese espacio libre para la expresión artística y para la cultura más que para intentar hacernos pensar de un modo o crearnos la necesidad de un producto absolutamente prescindible.

Mañana publicaré la séptima y última entrada dedicada a Cuba.

PAZ

3 comentarios:

Anónimo dijo...

aúpa javi!! leerte es viajar contigo allí donde me lleves: una ciudad de inglaterra, un curro de kitchen porter o la isla más fascinante del caribe. te lo estás currando y se nota. cada nueva entrada que publicas supone un ejercicio de reflexión que tú indicas. ya no cabe duda de que acertaste al elegir carrera, porque no sabes hacer otra cosa mejor que relatar historias, historias de lo cotidiano, historias extraordinarias...probablemente las mismas historias que otros vivimos, pero con diferentes personajes y diferente conclusión. porque te empapas de las cosas, sacas el jugo y sabes mirarlas desde el prisma adecuado. gracias por crear esta ansiedad cada vez que llega el punto final.

Anónimo dijo...

Siempre he creído que la "ropa vieja" era un plato que consistía básicamente en las sobras del cocido. No sé si en Cuba lo harán de otra manera, pero tiene pinta de ser una exportación española de tiempo del descubrimiento (aunque Duque, sé que prefieres llamarlo "genocidio"...)

javi duque dijo...

q pasa amp!!

gracias por tus comments, siempre se agradecen, sobre todo que aportes otros puntos de vista. Eso es lo que pretendo y lo que, sin duda, enriquece el blog.

En cuanto a lo del genocidio, no creo que sea el adecuado para determinar ciertos hechos históricos. Aunque en este caso creo que genocidio no es para nada correcto ni encaja con el concepto que tengo de dicha palabra.
Acepto la palabra descubrimiento, sí. Pero quizás añadiría que hubo una represión indigena que se alargó durante más de 500 años. Aunque tampoco soy un experto en historia latinoamericana. Pero desde luego que sí, que les jodieron bastante a todos los pueblos.
En cualquier caso, la ropa vieja cubana actualmente, es distinta a las sobras del cocido. Aunque el trozo de ternera que se usa es el mismo, de modo que sí, tiene la misma raíz aunque hoy en día sea algo distinto.

Un abrazo compadre

Gracias por tu texto juanpro, me ha gustado... y a quién no le gusta que le regalen el oído?? jejeje