domingo, 14 de octubre de 2007

CUBA: DIARIO DE VIAJE. DÍAS 7 Y 8


-Sábado 22 de septiembre de 2007. Día 7 del viaje: Trinidad-Playa Ancón-Santa Clara

Nos levantamos a las 8:30 y tras un par de gestiones nos vamos a Playa Ancón que, según dicen, es la más bonita de todas las playas del sur. Es grande y con algunos complejos hoteleros por lo que automáticamente decidimos que Playa Girón era mejor.
El agua es igualmente limpia y azul turquesa. Estamos en la playa casi tres horas antes de coger el coche a las 12:30 dirección a Santa Clara, en el centro de la isla.
Otto, el de la casa particular de Trinidad, tras conocer nuestro plan de ruta, nos ha hecho algunas llamadas a otras casas particulares de a donde vamos a ir en los próximos días para que no perdamos tiempo buscando alojamiento y para ir fijo a un lugar en el que estaremos a gusto.
El viaje de Playa Ancón-Trinidad a Santa Clara es uno de los más preciosos que haremos. Para estas cosas se agradece tener coche. Atravesamos la Sierra de Escambray, por una carretera desierta con unas rampas en las que muchas veces tengo que meter primera para subir sin que se me ahogue el motor. Se me ocurre la idea de que una vuelta ciclista por estas tierras sería algo realmente demoledor porque además, hace un calor considerable. Durante la travesía paramos en un par de miradores a admirar las vistas (la foto de arriba es una de ellas). Sencillamente espectacular.
Sobre las 15:30 llegamos a Santa Clara. La casa particular de Miguel y Noelys es inmensa. Es una casa colonial de más de cien años situada en el Parque Vidal, en el mismísimo centro de la ciudad.
Tras comer algo de pollo frito y pizza vamos dando un paseo hasta el monumento, mausoleo y museo del Che Guevara. La guía nos hace pasar un mal trago, pues según pone no cierran hasta las nueve de la noche, y cuando llegamos, a las 17:25, quedan cinco minutos para cerrar.
Afortunadamente podemos entrar en el mausoleo y ver los nichos del Che y los guerrilleros que cayeron junto a él en Bolivia. La llama eterna está dentro del mausoleo y uno no puede evitar que se le pongan los pelos de punta. “Estás al lado del Che”, piensas, y eso emociona mucho.
Nos dejan pasar al museo dos o tres minutos tras insistir y decirles que al día siguiente no podremos ir porque emprenderemos el viaje muy pronto. Al menos hemos estado y hemos visto lo importante. Después, estamos un buen rato en el monumento; tiramos fotos y charlamos sobre el Comandante. Me acuerdo de algunos buenos amigos y pienso que sí, que “Hasta la victoria siempre.”


Volvemos hasta el centro dando un paseo y hacemos tiempo hasta la hora de cenar. En la habitación de la casa tenemos televisión y vemos la repercusión que ha tenido la aparición de anoche de Fidel. Echan una película de una especie de Tony Manero puertorriqueño, me la trago y me mola.
Salimos a cenar y pedimos huevos y patatas fritas. Entran especialmente bien. Al lado hay una plaza y empieza la salsa y toda la gente se pone a bailar. Nosotros nos vamos al poco rato pues mañana tenemos un duro día de viaje.
Antes de dormirnos nos tomamos unas copas de ron en la azotea de la casa, desde donde se puede ver todo Santa Clara. A las 24:00 ya estamos en la cama.

-Domingo 23 de septiembre de 2007. Día 8 del viaje: Santa Clara-Guardalavaca-Cañadón

A las 6:30 suena el despertador y nos ponemos en marcha. Paula ha tenido la suerte de soñar con Ernesto Che Guevara.
A las 7:30 ya estamos en la autopista con la intención de hacer más de 600 kilómetros y llegar hasta Guardalavaca, donde hay unas playas idílicas.
El viaje se hace más largo de lo esperado debido a ciertas paradas o rodeos que no estaban en nuestros planes. Pasamos por Sancti Spiritus, Ciégo de Ávila, Camagüey, Las Tunas, Holguín y, finalmente Guardalavaca. En Holguín hemos cogido a una señora y a su hija pequeña que iban en nuestra dirección. Son majas y amables. Nos cae una tromba de agua brutal que me hace tener que ir a menos de 20 por hora.
Llegamos sobre las 15:30, hace sol y calor, y como en Guardalavaca no están permitidas las casas particulares y solamente hay hospedaje en hoteles, tenemos que ir hasta Cañadón, un pueblecito a seis kilómetros. La habitación es pequeña y cutre, pero valdrá para descansar y además no tenemos más donde elegir.


Dejamos las cosas y nos vamos a la playa. Comemos bastante bien y compramos un Añejo Reserva de Havana Club para disfrutar de la tarde playera. Nos vamos cuando anochece. Vamos a casa para ducharnos y cambiarnos e ir a cenar. Hay una especie de bar restaurante abierto y se está a gusto. Cenamos unas pizzas pasables.
La playa de Guardalavaca es la más espectacular en la que hemos estado, a pesar de los complejos hoteleros, sin embargo, al día siguiente nos llevaremos una grata sorpresa en otra playa cercana.
A eso de las 24:00 nos vamos a dormir.

Tema de hoy: Che Guevara
El Comandante está por todas partes en Cuba, en carteles propagandísticos, en camisetas, libros, etc. El Che es respetado y admirado por todos los cubanos, mientras que no pasa lo mismo con Fidel. Quizás por que Guevara supo retirarse a tiempo de sus labores políticas y porque cuando las desempeñaba daba ejemplo trabajando el campo o en la industria como uno más. Ahora que hace pocos días se han cumplido 40 años de su muerte, su historia está en la prensa escrita y en un montón de medios. Creo que así debe ser, porque tenemos la obligación de conocer la historia y el ejemplo de un hombre que lo dio todo por sus creencias y por el pueblo de Latinoamérica. Y los medios de comunicación tienen el deber de divulgar su legado y sus hazañas. En las escuelas cubanas, todas las mañanas comienzan las clases recitando una frase del Che, y es un ejemplo para el pueblo, como lo debería ser para todo el mundo.
La anécdota de hoy se remonta a cuando tenía 16 años y me leí la biografía del Che escrita por Paco Ignacio Taibo II; entonces me negué a ser uno más y llevar una camiseta con su cara estampada. “El Che se lleva en el corazón y con el ejemplo de humanidad”, pensaba. Sin embargo, creo que nueve años después de aquellos pensamientos ha llegado el momento de la camiseta. Cuando la gente de mi edad estará cambiando su vestuario revolucionario por camisas de vestir, yo he decidido comprarme una camiseta roja con la foto hecha por Alberto Korda. Es una tontería, pero si me la tenía que comprar, mejor que fuera en Cuba. Y así lo hice.
El guerrillero heroico es inmortal y un ejemplo de constancia para conseguir hacer realidad la utopía por todos los medios necesarios. Por eso y otras razones: “todos somos el Che Guevara, hasta la victoria siempre”.

PAZ

1 comentario:

pjdfp dijo...

Ehh tío!!
Back to reality. Después de un fugaz viaje a Madrid en el que he hecho un completo: cena con los colegas en el argentino (hasta arriba de asado). Visita a Toledo donde me comí un rabo de toro. Partido de Rugby Francia vs. England en el Irish Rover con papá y Josep Torrents. El domingo cocido madrileño en el Lhardy y vuelta a casa en avión para ver la machacada que los sur africanos les metieron a los argentinos.
Nos vemos la semana que viene.